Siempre seguimos después del tratamiento

Siempre seguimos después del tratamiento

El electrocardiograma es una prueba muy sencilla, apta para cualquier persona, sin dolor, ni riesgos (no se envía electricidad al cuerpo) y que dura unos cinco minutos. El paciente se tiene que desvestir de cintura para arriba y en el pecho, brazos y piernas se le colocan diez electrodos (adhesivos o ventosas), que van unidos al electrocardiógrafo por unos cables que registran en ese papel los cambios que ocurren en las pequeñas corrientes eléctricas que se producen en el corazón con cada latido.